Os hablamos de una aparición imposible, que sin embargo tuvo lugar en el municipio sevillano de Lora del Río: la aparición de unas piernas sin torso que atemorizaron a todo el pueblo.
Lourdes Gómez – @Lourdesgm13 – A principios del siglo XX, Charles Fort, un estadounidense curioso y observador, se dedicó a recopilar sucesos imposibles en viejos recortes de periódico. Si no fuera porque esas historias habían sido narradas en la prensa, con datos y testimonios de primera mano, nadie las habría creído. Lo que ocurrió en el año 2013 en Lora del Río es un fenómeno “forteano” en toda regla.
Aquel sábado, catorce de septiembre del año 2013, José se encontraba con su mujer y con su hijo en Sevilla. Tras pasar la tarde en familia y a eso de la medianoche, recorrían por carretera los escasos sesenta kilómetros que separan la capital hispalense de su pueblo, Lora del Río. Salieron de la autovía y se internaron en la carretera A-457, que desemboca en el municipio sevillano. A la altura del cruce de Guadajoz, localidad cercana a Lora del Río, comienza un tramo de curvas peligrosas. José, con los cinco sentidos puestos en la carretera, reduce la velocidad al pasar junto al canal de agua que discurre por la zona. La mujer de José ocupa el asiento central de la parte trasera del vehículo. Su hijo duerme a su lado, mientras ella le da conversación a su marido para que no le invada el sueño. Tras enfilar la última curva a la derecha, el coche se interna en una recta que pasa junto a un puente, el del “arroyo Castillejo”. Un coche circula por el carril contrario con las luces cortas activadas. Es en aquel momento cuando ocurre lo imposible. “De buenas a primeras y nada más pasar la curva, a unos treinta metros, veo unas piernas largas. Yo no las vi salir del arcén, las vi ya incorporadas a la carretera. Eran como un pantalón negro o azul oscuro… Atravesaron la carretera y desaparecieron por mi arcén”, nos explica José. Ante la extrañeza del suceso, el conductor miró hacia la cuneta izquierda, la que tenía más cercana a su posición, para ver si descubría a alguien que estuviera por la zona. No pudo ver nada extraño ni a ninguna persona en el lugar. De hecho, es imposible que un viandante se oculte en esta parte del arcén ya que es una zona limpia de maleza y está vallada. Segundos después del insólito suceso, su mujer le interroga: “Pepe, ¿Has visto lo mismo que yo?”. Él a su vez, le pregunta: “¿Y tú qué es lo que has visto?”. Ella responde, con el temor y la incredulidad dibujados en su rostro: “Una piernas largas cruzarse”.
Ahondando en los detalles de la aparición, el testigo asegura que las piernas no caminaban excesivamente rápido, pues tuvo el tiempo suficiente como para fijarse en los detalles sin necesidad de frenar el vehículo: eran unas extremidades propias de una persona alta, aunque no exageradamente largas, con andares normales y con la apariencia habitual de un pantalón oscuro. Lo único verdaderamente aterrador es que “no había tronco alguno”, asegura José. La seguridad del testigo es muy importante, ya que tanto él como su mujer tuvieron tiempo suficiente como para observar bien la figura que pasaba ante sus ojos. Se trata de dos testigos que observan lo imposible en un tramo bien iluminado con las luces de dos coches –el suyo y el vehículo que circula de frente- y a una velocidad lenta que no les obliga ni siquiera a frenar. No es que no pudieran ver el tronco y el resto del cuerpo; es, simplemente, que estas partes no existían en aquel insólito momento. “Tenía consistencia física, era como una persona, pero no había tronco. Tampoco recuerdo si llevaba zapatos, no me fijé. Pienso que el otro coche también tuvo que ver aquello”, asegura. Lo que José no esperaba es que, días después, tras compartir con algunos loreños la experiencia vivida, salieran a la luz más testimonios que corroboraban el desconocido fenómeno de la A-457.
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Uno de los testigos en el lugar de la aparición. Fotografía Lourdes Gómez
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Antonio Oliveros lleva décadas trabajando como periodista en Lora del Río. Debido a su buen hacer profesional y a su amplia experiencia, se ha posicionado como uno de los mejores comunicadores del municipio. Desde el año 1995 dirige el periódico La Radio de Papel, un medio de gran prestigio tanto para los habitantes de la localidad como para los loreños que han tenido que emigrar en busca de un futuro mejor. Junto a la joven periodista Laura Rodríguez Iñigo elabora este medio que cada mes lleva al papel toda la actualidad de Lora del Río. Un día de hace unos meses, Antonio pasó por el negocio de José y la confianza entre ambos hizo que el testigo se sincerara con el periodista, relatándole la rara experiencia que había vivido en la A-457. Con el permiso de José, Antonio, como curioso y como profesional de los medios, vio oportuno publicar una columna en su periódico narrando lo ocurrido. La que al principio fue concebida como una pequeña columna destinada a pasar sin pena ni gloria entre los amplios reportajes políticos y culturales del medio, acabó convirtiéndose en la noticia más comentada en Lora del Río.
Hasta la redacción de La Radio de Papel empiezan a llegar nuevos testimonios. Fernando y Mercedes, un matrimonio que reside en la localidad de Carmona, se encontraron con las misteriosas piernas una noche de verano de hace unos siete años. Habían pasado unas horas en Lora del Río y tenían que circular por la A-457 para volver a su casa. En el tramo donde José observó la aparición –aunque no exactamente en el mismo punto- ven unas piernas cruzando la carretera. “Frené porque pensé que le pillaba”, asegura Fernando. Su mujer, a su lado, gritaba: “¡Que le pillas, que le pillas!” En esta ocasión, aunque vieron unas piernas sin torso como en el caso del primer testigo, se trataba de una figura brumosa.
Trinidad, trabajadora del campo, se encontró con la dantesca escena una madrugada de julio de 2011 cuando se dirigía a su puesto trabajo. Sobre las seis y media de la mañana, desde un coche en el que viajaban otras cuatro personas y en la misma zona en la que los demás testigos sitúan la aparición, Trinidad vio lo que parecía ser una persona caminando por el arcén de la carretera, en sentido inverso a su propia marcha. Lo más extraño es que al mirar más detenidamente, se fijó en que sólo veía sus piernas. Al girarse para seguir observando la escena, cayó en la cuenta de que había desaparecido. Sus compañeros, cuando Trinidad les avisó de lo que había visto, no tuvieron tiempo de poder contemplarlo. Otra compañera de trabajo de Trinidad, María del Mar, vivió la misma situación en mayo de 2012. En esta ocasión, aunque la testigo contempló solamente las piernas, reaccionó dando una explicación lógica a lo ocurrido, diciéndose que habría visto mal y que sería alguna persona huyendo por algún motivo. De hecho, estuvo pendiente de cualquier noticia de la zona que se publicara aquellos días en los medios de comunicación, para ver si resolvía el enigma. Todos estos casos fueron publicados en un nuevo reportaje de La Radio de Papel, en el que además, el veterano investigador Moisés Garrido, y quien escribe estas líneas, aportaron su opinión como investigadores de lo desconocido.
Recientemente, también han surgido nuevos testimonios. Unos jóvenes en plena noche de fiesta habrían vuelto a vivir lo lo mismo en este tramo, aunque lo cierto es que no están dispuestos a hablar y que, hasta que no han descubierto que hay más casos como el suyo, pensaban que todo había sido producto de su imaginación. Cabe señalar que hace dos años, me llegó un último testimonio, un estudiante de periodismo que reside en la comarca y que también habría vivido esta aparición imposible.
La zona en la que se han producido las controvertidas apariciones de las piernas reúne unas características que pueden ser importantes a la hora de abordar el fenómeno. Revisando en hemeroteca noticias relacionadas con esta carretera en las últimas décadas, encontramos diversos casos de muertes por ahogamiento en dicho canal, de vehículos que se precipitan al agua o incluso desapariciones de personas cuyos restos aparecen más tarde en el cauce de este río artificial. Todos estos sucesos se producen en el mismo tramo donde surgen las misteriosas apariciones. El canal, conocido como “canal de los presos”, fue construido por víctimas de la dictadura franquista, un detalle que suma otro mal recuerdo a la su ya de por sí historia negra.
En cuanto a atropellos y muertes por accidentes de tráfico, también hemos recogido diversos testimonios que aparecen en la prensa. De entre todas las informaciones analizadas, la que más nos ha sorprendido ha sido una noticia de comienzos de los ochenta en la que se relata un accidente en el que fallecieron dos personas. Parece ser que el trágico suceso tuvo lugar junto a una finca llamada “La Trinidad”, curiosamente el mismo lugar que cita José a la hora de situar su vivencia. Lo asombroso es que el periodista que redactó aquellas líneas hace décadas en el periódico ABC, añadía que “se da la circunstancia de que en dicho punto kilométrico en el que tuvo lugar el accidente ya han fallecido en menos de un año cuatro personas”. Como vemos, el tramo arrastra una historia maldita que se ve refrendada por las propios testimonios de los loreños. Durante nuestra visita al municipio, nos hablan de los accidentes que se han producido en aquel trozo de vía, e incluso de asesinatos perpetrados por la zona. Así mismo, aluden a un episodio en el que un camionero habría perdido la vida al precipitarse de su camión y quedar sesgado por la mitad a causa del guardarraíl de la carretera. Tenemos que asegurar que aunque hemos tratado de recabar información que contraste la veracidad de este testimonio, no hemos encontrado documento alguno que hable del terrible suceso.
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Una de las muchas noticias de ABC que habla de la siniestralidad en el tramo donde se han producido las apariciones
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A pesar de que no podemos construir una hipótesis plausible que de respuesta al enigma de la A-457, a tenor de las situaciones allí vividas podríamos hablar de “impregnaciones” generadas por dichas vivencias. En el campo de la parapsicología se contempla como una posible causa del fenómeno paranormal las impregnaciones de sentimientos y tensiones extremas que ciertas personas habrían vivido en el espacio en el que se produce el hecho a investigar. Nuestros miedos, desilusiones, alegrías, tristezas y esperanzas así como la energía que estos sentimientos generan, quedarían grabados en el espacio en el que se han producido y, cada cierto tiempo indeterminado, volverían a manifestarse como el eco de un recuerdo lejano. Este proceso cíclico desconocido se ha constatado en otros casos de índole paranormal, en relación a apariciones que no interactúan con el testigo. Los sucesos de Lora del Río podrían enfocarse hacia esta misma explicación, si bien es cierto que existen pocos testimonios que hablen de apariciones de una sola parte del cuerpo, y lo más curioso es que sea esa parte de la que normalmente suelen prescindir las apariciones de fantasmas: las piernas.
A pesar de todo, hemos encontrado un antecedente de este tipo de casos. En el legendario programa radiofónico Turno de Noche, capitaneado por el insustituible divulgador y periodista Juan Antonio Cebrián, se recogía hace varios años un testimonio parecido. Junto al parapsicólogo Germán de Argumosa, Cebrián entrevistaba en aquel entonces a los trabajadores de un hospital catalán que decían vivir fenómenos paranormales en su entorno de trabajo. Tanto Juan Antonio Cebrián como el profesor de Argumosa no podían salir de su asombro al escuchar a dos de los testigos, Montse y José, asegurar que habían visto la aparición de “una sola pierna con pantalón blanco”. Montse la había visto salir de un ascensor y dirigirse a una habitación, mientras que José la había contemplado atravesando la puerta de un cuarto que se encontraba cerrado. El profesor Argumosa les animaba a hacer memoria para averiguar si se había producido alguna amputación de una pierna en el hospital en la misma época de estas apariciones, pero los testigos no recordaban nada parecido.
Aunque parezcan mentira, este rosario de testimonios imposibles refrendan la realidad de unas visiones controvertidas y extrañas. Ya hemos otorgado una posible explicación al enigma desde el punto de vista de la parapsicología, aunque podría ser que los sucesos que se estuvieran produciendo en Lora del Río fuesen una especie de confusión con algún destello de la carretera. Es posible que la luz del vehículo, al chocar con las señales visuales de la vía o por el propio efecto de los cristales del coche, produzca fenómenos de visiones y reflejos que hubieran confundido a los testigos. Hay que tener en cuenta que los distintos testimonios no aparecen en el mismo punto exacto de la carretera, por lo que sería muy difícil que todos hubieran coincidido en confundir un fenómeno lumínico con unas piernas de clara apariencia real a pesar de lo insólito del hecho.
Nosotros por el momento, no hemos encontrado una explicación que escriba el último capítulo de esta historia, aunque pueden existir otras claves que nos hayan pasado desapercibidas y que en un futuro pongan el punto y final al enigma.