Yohanan Díaz Vargas / El 12 de octubre de 1947 a las 09:30 horas, en los cerros de Samalayuca, a 50 kilómetros al sur de Ciudad Juárez, Chihuahua, un objeto volador no identificado se estrelló; decenas de personas de esa parte de México fueron testigos de la caída y gran estruendo que produjo un objeto que, según las versiones periodísticas, era un objeto con forma de “puro” que tenía un color “gris plata”, un objeto que iba descendiendo a gran velocidad pero que no dejaba detrás de sí cauda y no despedía humo. Un caso que sucedió tan solo 3 meses después del incidente del plato volador que se estrelló en Roswell, Nuevo México, y que se asegura, incluso, que los cuerpos de los tripulantes fueron recuperados por los militares e inmediatamente se elevó el caso a un tema de Seguridad Nacional.
A esto se debe el gran interés que mostraron las autoridades militares norteamericanas por recuperar los restos de ese misterioso objeto volador no identificado, motivo por el que se registró su movilización inmediata en territorio mexicano al mando del General de División, Jonh L. Homer, Comandante de la Base Militar Fort Bliss, ubicada en El Paso, Texas. Entre esta Base, la de Alamogordo y la de White Sands existía un flujo de información diaria para conocer los avances del reconocimiento y recuperación de ese objeto estrellado. Una operación que estuvo supeditada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, bajo la operación conocida como “Blue Fly”, en la que uno de sus objetivos era recuperar el ovni en el menor número de horas, con el apoyo o sin el apoyo de las autoridades locales. Una operación que se desarrolló a finales de los años 40.
Este caso cobró años más tarde una gran trascendencia debido a la desclasificación en la Unión Americana de los expedientes del Proyecto Libro Azul. Uno de estos documentos tiene la fecha del 15 de octubre de 1947 cuando se confirmó de parte de las autoridades estadounidenses que lo que cayó en Samalayuca no era un cohete V-2, que fue el primer misil balístico de combate de largo alcance creado por los alemanes y que Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial estaba experimentando, ya que el último lanzamiento de un misil que se tenía registrado en sus bitácoras había sido el 8 de octubre desde la base militar de Fort Bliss, en Texas, y que tan solo un día después habían sido recuperado los restos.
En otro de los documentos con fecha del 24 de octubre de ese mismo año se confirmó que el área de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos estuvo investigando en la zona pero no encontraron ni el sitio del impacto, ni los restos del misterioso objeto volador.
¿Qué fue lo que cayó realmente en Samalayuca, Chihuahua el 12 de octubre de 1947 que incluso las operaciones militares de Estados Unidos en nuestro país no pudieron dar una respuesta? A la fecha, nos queda claro que en los archivos militares de México deben de existir los documentos oficiales de esta operación donde también participaron elementos de la Quinta Zona Militar asentada en Chihuahua capital.