Aunque algunos grupos ufológicos aseguran que les llegan menos casos para investigar, consideramos que las estadísticas sobre ovnis no muestran el verdadero panorama del fenómeno en la actualidad.
Lourdes Gómez – @Lourdesgm13 – De acuerdo con organizaciones como MUFON -Mutual UFO Network- o COBEPS -Comité Belga de Estudio de Fenómenos Espaciales- en los últimos años ha habido un descenso importante en cuanto a los reportes de avistamientos ovni, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Los ovnis, en datos
Según la MUFON, colectivo civil más importante en Estados Unidos en lo que al estudio de los ovnis se refiere, cada mes reciben unas siete mil alertas relacionadas con los no identificados, cifra que, aseguran, disminuye desde el año 2012, produciéndose un descenso de casos de un 40% aproximadamente.
Por su parte, el Comité Belga de Estudio de Fenómenos Espaciales, expone que, en los últimos seis años, han tenido noticia de unos 13.000 avistamientos en toda Europa; por años, en 2012 recibieron 3.332 alertas mientras que en 2017 solo 1.206. Por países, Italia, Alemania y Francia son aquellos en los que más casos se han producido, según los datos atesorados por esta organización. Cabe señalar que la órbita de actuación de COBEPS se limita a estos ocho países: Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Noruega y Suecia. Igualmente, desde este colectivo señalan que, aunque todavía no han terminado de estudiar los datos del pasado año, sí que han podido comprobar que en 2018 se habría producido un ligero repunte de la actividad ovni europea.
Por qué se elaboran estadísticas
Resulta necesario explicar que este tipo de organizaciones se dedica a coleccionar, por así decirlo, todo el número posible de avistamientos para así poder elaborar estadísticas que nos ayuden a saber más de ese fenómeno tan desconocido. Por ejemplo, entre los datos que nos pueden aportar este tipo de estadísticas estarían: saber qué épocas del año son más proclives a la aparición de ovnis, en qué lugares se producen más encuentros ovni, si la forma de los ovnis en cuestión se repite en distintos avistamientos, etc.
Los investigadores de estos colectivos reciben la información directamente de los testigos o por otras vías, tales como la prensa o las redes sociales. Tras tener conocimiento de los casos, se dedican a estudiarlos pormenorizadamente, con el fin de descartar fraudes o errores de percepción -como suele suceder en la mayoría de los casos-.
Para que una estadística tenga valor y sea representativa, se debe trabajar con un número abundante de casos, de ahí que estas organizaciones se pregunten por qué hay menos personas que están reportando haber visto un ovni. Entre las explicaciones que barajan se encuentra el hecho de que, hoy día, muchos deciden compartir este tipo de experiencias en sus perfiles privados de la red y no con investigadores que puedan aportar una explicación a su vivencia; esto último solo parece cumplirse en el caso de personas que, debido a un interés especial en estas temáticas, siguen habitualmente espacios periodísticos relacionados con la ufología y el misterio, lo que les lleva a compartir dicho material con su círculo de amistades del sector.
Igualmente, hay estudiosos que achacan esta disminución de avistamientos de ovnis a la falta de costumbre de mirar al cielo; el estilo de vida, tanto laboral como familiar, que parece habernos impuesto la estresante sociedad del siglo XXI hace que no tengamos ni la tranquilidad ni el tiempo para escudriñar el cielo en busca de enigmas. Sin embargo, también hay quien dice que, simplemente, se trata de un cambio en los intereses del público actual. Si el siglo XX fue la era platillista por excelencia, el siglo XXI sería, aseguran algunos, el paraíso de las conspiraciones exopolíticas; por lo tanto, los que siguen esta línea de pensamiento argumentan que los ovnis ya no interesan tanto como las conspiraciones, de ahí que ya no existan observadores.
Con todo, no podemos olvidar que también hay teóricos del fenómeno que aseguran que la falta de evidencias gráficas en una época en la que todo el mundo tiene una cámara de fotografía en su smartphone, sería obra del propio fenómeno, que distorsionaría el campo eletromagnético y el espacio-tiempo con el fin de no dejar huellas de sus incursiones en nuestros cielos.
¿Es necesario este tipo de estudio del fenómeno ovni?
Desde el año 1947, cuando inicia el estudio oficial del fenómeno ovni, han existido colectivos civiles y militares que se han dedicado a recabar información de casos, realizar encuestas tipo a los testigos y confrontar esa información con el fin de encontrar conexiones entre avistamientos. Tal y como explica el investigador Nacho Cabria en su obra Entre ufólogos, creyentes y contactados, esta actividad estadística fue el arma que los ufólogos utilizaron para revestir de carácter científico una disciplina en pañales. Y es que tal y como comenta el propio Cabria, “cuando una protociencia comienza a dar sus palos de ciego suele apoyarse en la inferencia estadística para insuflar una dosis de cientificidad a los prejuicios de los proto-investigadores”.
Sin embargo, con el transcurrir de los años un amplio conjunto de ufólogos ha llegado a la conclusión de que las estadísticas aportan poca información sobre los ovnis. Y van más allá, al asegurar que cuando se ha tratado de aportar alguna máxima surgida de esas estadísticas, el propio fenómeno se ha encargado de tirar por tierra dicha ley, como ha ocurrido con asuntos como las ortotenias de Aimé Michel o las oposiciones Marte-Tierra.
Así mismo, debemos tener en cuenta que las estadísticas no tienen por qué mostrar la realidad del fenómeno ovni. Hay testigos que viven en zonas aisladas o que son muy mayores como para compartir su vivencia con los demás a través de Internet, por lo tanto, nunca podremos determinar si este tipo de cifras obedecen con certeza a la realidad.
Por otro lado, consideramos que en el fenómeno ovni no debe primar tanto la cantidad como sí la calidad de los reportes que nos llegan. ¿Es más positivo tener constancia de diversos avistamientos de ovnis en el cielo o un solo encuentro cercano? Creemos que, tal y como llegó a pensar el reconocido investigador Andreas Faber Kaiser en su momento, la ufología debe superar la fase de constatación del fenómeno a través de simples testimonios de luces en el cielo -sin quitar valor a dichas observaciones pero teniendo presente que aportan poca información a la investigación profunda del fenómeno- para pasar a estudiar con absoluta profundidad aquellos casos de encuentros cercanos donde el testigo pueda aportar descripciones más detalladas o incluso efectos físicos, fisiológicos, electromagnéticos, parapsicológicos, etc., que sirvan para filosofar sobre la verdadera naturaleza de este enigma.
Por último, el hecho de que haya países en los que el fenómeno parezca dormitar no significa que haya desaparecido. Mientras que en Estados Unidos han disminuido los casos, en México y en toda Latinoamérica se vive una intensa oleada con reportes prácticamente diarios.
En resumen, aunque todo estudio es positivo en un ámbito tan reducido como es la comunidad ufológica, pensamos que las estadísticas no deben ser tan determinantes en un fenómeno caracterizado, precisamente, por la elusividad.
Fuentes y más información: Gizmodo; Televisa; El País.
Excelente artículo, bien redactado, congruente . Tiempo que no leía algo así.
Muchísimas gracias Magaly, nos alegra que te haya gustado. Un abrazo
Muy buen artículo,les cuento que yo si creo pues los e visto tres veces la primera vez con mi hija en el 2010 era inmensamente grande y luego se desapareció la segunda vez después de un movimiento de tierra en Montevideo Uruguay inexplicable y la tercera a plena luz del día eran tres que formaban un triángulo luego uno desaparece y cuando entre a buscar el móvil para fotografiar los dos que quedaban también se desaparecieron tenían forma ovoidal y eran grandes
Muchas gracias por compartir tu testimonio Marianella, nos resulta muy interesante