Ante la polémica generada por Oumuamua, primer objeto de procedencia interestelar detectado en nuestro sistema solar, hablamos con varios científicos para aclarar una noticia que, según los expertos, los medios de comunicación no han sabido transmitir correctamente al ciudadano
Lourdes Gómez – @Lourdesgm13 – En un artículo anterior explicábamos Lo que sí se sabe de Oumumua. Para completar dicho texto aclaratorio, aportamos la opinión de distintos científicos de alto prestigio que nos ofrecen más datos sobre la polémica.
En palabras de Jesús Martínez Frías, doctor en Ciencias Geológicas, científico del Instituto de Geociencias del CSIC e investigador de misiones de NASA y ESA, quien ha tenido a bien mostrarnos su opinión sobre esta polémica: “es cierto que Oumuamua es un objeto singular y extraño que destaca por su morfología, características y comportamiento de los asteroides y cometas que conocemos. Personalmente, como geólogo planetario y astrobiólogo, me encantaría que fuera real la hipótesis que lo vincula a otra civilización extraterreste. Sin embargo, como decía la frase que popularizó Carl Sagan, ‘afirmaciones extraordinarias (como la anterior) requieren evidencias extraordinarias’. Y estas no existen. Además, existe un nuevo artículo que explica de manera natural el comportamiento inusual de este objeto. Como astrobiólogos, debemos ser los primeros interesados en actuar con la máxima rigurosidad científica, especialmente cuando abordamos un tema tan interesante como el de la existencia de vida más allá de la Tierra”.
Como explicábamos en la noticia anterior que publicamos sobre Oumuamua, fue el científico Marco Micheli quien aportó una explicación natural al comportamiento del objeto y fue publicada en la revista Nature. Por su parte, el artículo de la polémica está escrito por Shmuel Bialy y Abraham Loeb y ha sido aceptado para su publicación en Astrophysical Journal Letters. En este trabajo aseguran que Oumuamua “es el primer objeto de origen interestelar observado en el Sistema Solar” y argumentan que “estudios observacionales y teóricos recientes implican que Oumuamua no es un cometa activo. Exploramos la posibilidad de que el exceso de aceleración resulte de la presión de la radiación solar”.
Por su parte, José María Madiedo, doctor en Astrofísica y Química y profesor de la Universidad de Huelva, señala en una comunicación que, amablemente, nos ha hecho llegar: “(…) Un paper anterior explicaba esto bajo una hipótesis, en mi opinión, bastante más plausible y sencilla: que Oumuamua podía estar perdiendo materia en forma de chorros de gas (como lo hacen los cometas), lo cual desviaría al objeto de la órbita que tendría si solamente actuase sobre él la fuerza de la gravedad. Pero Bialy y Loeb, desde mi punto de vista, buscan una hipótesis que, aunque se ajusta también a las observaciones, es bastante más rebuscada. Y que, además, para sostenerse necesita de demasiados condicionantes (el artículo está lleno de expresiones como “suponiendo que…”, “y si….”, etc.). Ellos se basan en que la llamada presión de radiación es la que puede estar ejerciendo una fuerza sobre Oumuamua que explique el movimiento de este objeto. Pero para que la presión de radiación pueda hacer eso sobre Oumuamua, este debería tener un espesor muy pequeño (entre 0.3 y 0.9 mm si Oumuamua tiene una densidad “normal”). Ahí es donde, para justificar ese espesor tan impresionantemente pequeño, postulan que puede tratarse de un objeto artificial: una vela solar. O bien un objeto natural producido mediante un mecanismo aún no conocido. En mi opinión, esta explicación es mucho más rocambolesca que la hipótesis más simple de la pérdida de gas. Dicho de otra forma, según el principio de la navaja de Ockham la explicación más sencilla tiende a ser la correcta, y en este caso la explicación que se basa en la presión de radiación implica, como comentaba antes, demasiados condicionantes rebuscados”.
Héctor Socas Navarro, doctor en Astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias al que le hemos consultado su opinión sobre Oumuamua, explica que “este artículo está teniendo una excesiva repercusión mediática porque, probablemente, no se ha entendido o no se está trasladando bien lo que dice. Mucha gente lo está entendiendo como que ‘investigadores de Harvard dicen que Oumuamua es un artefacto alienígena’, cuando en realidad es ‘investigadores de Harvard dicen que si Oumuamua fuera un artefacto alienígena, entonces tendría estas características’. Hay una gran diferencia. Abraham Loeb es un investigador muy prestigioso que adquirió esa reputación haciendo trabajos sobre cosmología. En los últimos dos años se ha dedicado también a trabajar en la iniciativa Breakthrough para buscar seres inteligentes y está publicando una serie de artículos cortados por un mismo patrón. Se trata de artículos en los que propone una hipótesis muy especulativa, no sustentada por ninguna evidencia, y hace unos pocos cálculos sencillos sobre las conclusiones de esa hipótesis. Por ejemplo, el año pasado publicó uno de estos artículos en los que la hipótesis era que los estallidos rápidos de radio (FRBs por sus siglas en inglés) eran un sistema de propulsión de naves interestelares. Es importante entender que, cuando decimos que Loeb es un investigador de prestigio en la comunidad científica, lo es por sus trabajos anteriores en cosmología y no porque en la comunidad se tomen muy en serio estos nuevos trabajos tan especulativos”.
Volviendo a Oumuamua, pero tras estos aclaradores apuntes, el científico explica que aunque el polémico objeto se trata del primero que se observa de origen interestelar, “por desgracia tenemos muy pocos datos porque descubrimos Oumuamua muy tarde, cuando ya estaba saliendo del sistema solar. De esos pocos datos inferimos que se trata de un objeto con algunos propiedades como las de los asteroides y otras como las de los cometas, parece estar un poco a mitad de camino entre estas dos categorías. Esto no es sorprendente porque, en el fondo, cometas y asteroides no son muy diferentes intrínsecamente salvo por el hecho de que los cometas tienen mucho hielo que se evapora al acercarse al sol y produce esas brillantes colas y comas a su alrededor. Un trabajo que tuvo mucho eco mediático hace unos meses presentaba evidencias de que el objeto había sufrido una ligera aceleración al acercarse al Sol. Es importante tener en cuenta que se trata de una aceleración muy pequeña, diez mil veces más pequeña que la aceleración que provoca la gravedad del Sol. Este comportamiento se observa habitualmente en los cometas, debido a la evaporación de hielo en la cara que mira al sol. La expulsión de este gas produce una reacción en sentido contrario, lo que empuja ligeramente el cometa en dirección contraria al Sol. Además, el efecto observado en Oumuamua sigue también la ley de la distancia al cuadrado, igual que hacen los cometas. Bien, pues Loeb, con su colaborador Baily se plantean la siguiente hipótesis: ¿Y si esta aceleración, en vez de ser por evaporación como los cometas, es debida a que se trata de una gran vela interestelar? No sabemos qué forma tiene Oumuamua. Como lo descubrimos muy lejos solo lo vemos como un puntito de luz, incluso con los telescopios más potentes. Baily y Loeb hacen los cálculos y determinan que, de ser una vela, tendría que tener un tamaño de cerca de 1 km y un espesor de menos de 1 mm. Podría parecer que un objeto así sería muy frágil así que calculan si le sería posible sobrevivir a un viaje por el medio interestelar. La conclusión es que podría soportar un viaje de hasta 15,000 años-luz, aproximadamente. No hay ninguna evidencia que indique, ni siquiera que sugiera, que Oumuamua es una nave espacial. Lo que dice este artículo es que, si fuera una vela solar, mediría menos de 1 mm de espesor y podría soportar unos 15,000 años-luz de viaje. Como se observa, es un resultado que podría ser moderadamente interesante para una pequeña comunidad de investigadores que trabajan en estos temas, pero ciertamente no parece como para despertar la excitación en el gran público que parece haber generado. Lamentablemente cada vez vemos más estas historias de estudios científicos que no llegan correctamente al ciudadano y acaban dando una impresión equivocada”.
Esperemos que este artículo sobre Oumuamua, con la inestimable colaboración de los científicos, sirva para aclarar esta nueva polémica (y seguro que no la última) sobre un anhelo tan poderoso para la humanidad: el contacto con alguna inteligencia extraterrestre.
Fuentes: científicos consultados; Artículo de Shmuel Bialy y Abraham Loeb.
Muy interesante el artículo ,lo único cierto es que el universo tiene infinidad de cosas tan extraordinarias ?? Felicidades por su página ?? saludos
Muchas gracias por tu interés y por tu amplitud de miras, Ana María. Nos alegra mucho que nos acompañes en esta Insólita Experencia.
Una explicación muy coherente que puede servir para describir futuras trayectorias de objetos similares. Enhorabuena por el artículo!
Muchísimas gracias por tu apoyo, compañera, y por la labor que realizáis Moisés y tú a través de Paradig+XXI y La Videoteca de lo Insólito. Un abrazo enorme
Gracias por vuestras palabras. Estamos en el mismo “barco” buscando respuestas, queridos amigos y compañeros. Un abrazo enorme a ambos de parte de los dos.