Yohanan Díaz Vargas/ Desde hace varias décadas, la alcaldía Iztapalapa, y más en concreto el Cerro de la Estrella, situado en la parte oriental de la Ciudad de México, es una de las zonas favoritas para los avistamientos. Los testimonios son confirmados por el personal de la Torre de Control del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, a través del radar, así como de las observaciones de pilotos de líneas aéreas comerciales y privadas.
El Cerro de la Estrella fue un volcán, que actualmente tiene una altura de 2460 metros sobre el nivel del mar y se encuentra a 224 metros sobre el nivel medio del valle de México. Recibe su actual nombre desde la época colonial, debido a una hacienda que se encontraba en las faldas del cerro, la Hacienda la Estrella. Si hacemos caso a la teoría de las luces populares desarrollada por los estudiosos españoles Jesús Callejo y Javier Sierra, los lugares que llevan en su nombre la palabra “estrella”, posiblemente están asociados con antiguas apariciones de luces anómalas en el cielo.
El Fuego Nuevo
Este cerro era un sitio sagrado para las antiguas culturas prehispánicas. En su parte más alta se han encontrado restos arqueológicos de gran importancia, como una construcción piramidal. Cada 52 años, servía de escenario para la ceremonia del Fuego Nuevo, ritual en el que se sacrificaban personas con el objetivo de que el dios sol estuviera contento y siguiera surgiendo en el firmamento día tras día. A causa de estos rituales, en el Cerro de la Estrella se han encontrado restos humanos con más de dos mil años de antigüedad.
Adrián Chávez, investigador de la historia oral de Iztapalapa, me aseguró en entrevista que existe en este lugar una leyenda de seres de las Pléyades que habitaron las entrañas del Huizachtepetl (nombre que recibía en época prehispánica este cerro), que llegaron un día y se mezclaron con los habitantes: “hace unos cinco mil años, refieren las crónicas antiguas, cayó un pedernal del cielo en el que venían los dioses conejos que, al caminar, brincaban. Con el tiempo, los lugareños afirmaron que procedían de aquellas regiones estelares, ya que les enseñaron que cada 52 años, cuando esta constelación de las Pléyades estuviera sobre este cerro, se realizaría el encendido del Fuego Nuevo”, en palabras del estudioso.
Ciudades intraterrenas
Como comentaba anteriormente, el Cerro de la Estrella es conocido por los avistamientos de ovnis, pero también por las leyendas de aparecidos. Se dice, igualmente, que en su interior habría ciudades intraterrenas, y que estas confluyen en una gran oquedad en la que hay siete puertas; cada una de ellas conduce a diversos sitios de ese fantástico reino subterráneo. A causa de estas creencias, se realizan en el lugar rituales de tipo esotérico; por ejemplo, se llevan a cabo en la conocida como cueva del Diablo, donde hay leyendas de algunas personas se han perdido en su interior y nunca han regresado, como si de verdad hubieran accedido a esas ciudades de otro mundo y no hubieran podido regresar. A estas personas se les recuerda con flores y veladoras en un lugarcito cerca de la entrada de esta cueva.
Ovnis en el objetivo
Tuve la oportunidad, en su momento, de entrevistar al cazaovni Salvador Guerrero, quien me mencionó la importancia del Cerro de la Estrella en lo que a avistamientos de ovnis se refiere. Son avistamientos que él ha logrado captar con su cámara de video, asegurando tener cientos de grabaciones en las cuales se observan luces con forma de esfera, así como discos, tubos y boomerangs, que varían en tonalidades de blanco, azul y rojo, tanto en la noche como en el día.
También pude conversar con el testigo Jesús Correa, quien en 2014 tuvo la oportunidad de filmar un ovni extraordinariamente nítido en esta zona de la Ciudad de México. El suceso tuvo lugar el 12 de enero de aquel año a plena luz del día, en concreto a las tres de la tarde con quince minutos, sobre la colonia San Francisco Culhuacan. Se trató de un objeto con forma de platillo volador que se desplazaba lentamente y a baja altura, con una gran estabilidad. Según Jesús Correa, no producía sonido alguno.
El objeto que tenía una tonalidad rojiza en su parte superior y un color verde a sus lados, y aquí es muy importante mencionar que a pesar de que la toma no es estable, nos da el indicativo de que fue un objeto que tenía un volumen, ocupaba un lugar y que no fue un objeto incrustado digitalmente tiempo más tarde. Jesús me comentó que estaba en la calle con su hijo, miró hacia el cielo y le llamó la atención este extraño objeto que no supo qué era, por eso entró corriendo a su casa a por la cámara de video. Al salir alcanzó a videograbarlo. “Tamibén estaba mi esposa, mi cuñada y otros familiares, y todos nos sorprendimos”, en palabras del testigo.
En total, Correa nos aseguró que la grabación del ovni duró cerca de cinco minutos, en los cuales tuvo que subir al primer piso y después a la azotea para obtener más detalles de este fantástico objeto volador. El video presenta diversos puntos de referencia, como son las antenas de televisión y los techos de las casas aledañas. El punto más destacado de este material es el paso de un avión que se encuentra en un tercer plano de la toma, que se ve que va a una velocidad considerable, mientras que el plato volador se desplaza lentamente. Al parecer hace una maniobra hacia la izquierda, donde alcanzamos a ver una tonalidad rojiza. Es un video impactante por la calidad de las imágenes, así como por su testigo, que es un joven al que le gusta vigilar el cielo en busca de la presencia de estos objetos voladores no identificados.
La experiencia de Enrique Mercado
El 25 de agosto de 1976, el Cerro de la Estrella sirvió de escenario para que el contador público Enrique Mercado fuera transportado en compañía de un ser de otro mundo, por una fuerza invisible hasta una nave interplanetaria y emprendiera un viaje de 28 horas por el espacio estelar, con mujeres y hombres de otras partes del universo. “Un extraterrestre me invitó a una nave, y dije que sí. Me citó tres días después a las 12 de la noche en el cerro de la Estrella. Estando en el lugar se presentó el ser, puso mi mano en su cinturón y comenzamos a elevarnos. Había una fuerza que llegaba de una nave circular pequeña que se encontraba a una altura considerable”, en palabras del contactado. En una de sus últimas entrevistas, Mercado, al ser cuestionado sobre por qué el cerro de la Estrella era el lugar visitado, indicó: “era el más apartado y solitario en aquellos tiempos en la Ciudad de México”.ç
Cabe mencionar también que, cada Semana Santa, durante la representación de la Pasión de Cristo que se realiza en la alcaldía Iztapalapa y que atrae a millones de turistas, durante el Viacrucis se han captado objeto anólamos en los cielos; según los cazaovnis de esta zona de la Ciudad de México, parece que estos objetos se ven atraídos por las grandes concentraciones de personas que se producen en estos eventos religiosos. En la Semana Santa de Iztapalapa, el Cerro de la Estrella se convierte en El Gólgota, una prueba más de que, aunque bajo otras formas espirituales, este punto de la capital mexicana sigue estando estrechamente vinculado a la divinidad.
Recuerda que en el canal de Youtube de Yohanan Díaz Vargas puedes estar informado de toda la actualidad en el mundo de los ovnis, el contacto extraterrestre y los misterios en general. A través de entrevistas con personas que están viviendo experiencias enigmáticas, pero también con la participación de los principales investigadores de estas temáticas, que se encargan de analizar y narrar todo lo que ocurre en el mundo del misterio. Igualmente, todos los días hay videos de los colaboradores del canal, quienes ofrecen de manera gratuita meditaciones y ejercicios para ayudar a abrir la mente a estos temas fronterizos del conocimiento actual.