Los estudios de la pieza del ovni de San Antonio

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Dada la polémica suscitada por la entrega de la pieza del ovni accidentado en San Antonio, Nuevo México, el 16 de agosto de 1945, en el marco del evento GLOBAL UFO MEETING en Ciudad de México, me dispongo a resumir la información completa del caso, que se narra extensamente en la obra “Trinity, el secreto mejor guardado”, de Paola Harris y Jacques Vallée. El estrellamiento ovni sucedió en San Antonio, Nuevo México, justo un mes después de la primera explosión nuclear de la historia, en palabras de Vallée “como si fuera una respuesta directa a ello”. En 1945, los científicos del proyecto Manhattan vivían en San Antonio, en la época crítica del ensamblaje de la primera bomba nuclear. A pocas millas de Trinity se estrelló el ovni, y Trinity fue el escenario de la primera explosión nuclear de la historia. El 16 de julio de 1945, los militares probaron una bomba de plutonio en Trinity. El 16 de agosto de 1945, a pocas millas de allí, ocurre el primer accidente ovni de la historia moderna.
Aquel 16 de agosto, a 18 millas al noroeste de Trinity, en el rancho de la familia Padilla, se encuentran José, de 9 años, y su amigo Reme, de 7 años. La bisabuela de José era Mamá Grande, María Amada Chávez, jefe Apache Chirikawa. El territorio del rancho donde se estrelló el objeto, era un sitio sagrado apache. Si nos atenemos a las teorías del doctor en psiquiatría Néstor Berlanda, José provenía de un linaje chamánico, de una línea genética privilegiada para tener contacto con las otras realidades. Por otro lado, en relación con el punto exacto del accidente, Jacque Vallée asegura que era ocupado por tribus en la antigüedad y contiene imágenes, petroglifos en roca que podrían haber sido utilizados como portal místico al mundo espiritual. “místico o no, el lugar estaba destinado a servir de puerta a realidades desconocidas”, en palabras de Vallée.
Ese día, los niños estaban buscando una vaca que había tenido a su cría, a la que finalmente encontraron, y entonces escucharon una fuerte explosión. Reme afirma en sus entrevistas con Paola Harris que recordaron en ese momento el estallido de la bomba nuclear y pensaron que estaban haciendo pruebas de nuevo. En ese momento, vieron humo saliendo de un par de cañones más abajo. Fueron a ver qué estaba pasando. Descubrieron una enorme zanja en el terreno. Aumentó la temperatura en la tierra (la planta de los pies se sentía caliente en palabras del testigo), los matorrales estaban quemádose y descubrieron allí un vehículo sólido de función y tipo desconocido. Era un objeto en forma de aguacate con un orificio y había pequeñas criaturas moviéndose de un lado para otro, deslizándose. Tenían aspecto insectoide y sintieron lástima por ellos, escuchaban un sonido agudo que venía de ellos, como si estuvieran sufriendo. En ese momento empezaron a ver imágenes en sus cabezas, personas lanzándose de rascacielos, tormentas…. Este detalla Jacques Vallée lo interpreta en el libro como “un amable intento de comunicación entre el fenómeno y sus testigos”.
José quería acercarse pero Reme no, entonces deciden regresar a casa. Cuando llegaron a su hogar, José le contó a su padre lo del accidente ovni que habían visto. Tres días después, el padre de José y un policía estatal, Eddie Apodaca, amigo de la familia, van al lugar del accidente. Ya no estaba el objeto, parecía haber desaparecido. Empezaron a caminar y de repente lo vieron . Estaba cubierto de escombros. Los adultos entraron al objeto y lo que encontraron jamás se lo dijeron a los niños, aunque estos notaron un cambio de actitud en los adultos, como algo que les había impactado profundamente. Los adultos les pidieron que no comentaran con nadie lo que habían visto para que no tuvieran problemas. Mientras tanto, los niños vieron en el terreno marcas como de escoba, rastrillo… Y recogieron algunos restos como un trozo de metal que parecía papel, que poseía memoria de forma, pues lo arrugaban y volvía a su forma original; ellos afirman en sus entrevistas con Paola Harris que usaron este metal para reparar un cilindro de un pozo en una propiedad. También recogieron unos hilos, que José llama telaraña o cabello de ángel, que podría ser fibra óptica según algunos invetigadores. Ese cabello de ángel lo utilizaron en algunas casas de San Antonio para adornar el árbol de navidad; sin embargo, hasta el momento no han podido encontrarse muestras en la actualidad.
Posteriormente, los niños, trabajando otro día cerca del lugar del impacto, reparando unas cercas, regresan al lugar del impacto, ya sin adultos. Ahí descubrieron a militares recogiendo cosas. Los soldados iban y venían. El último día de los militares ahí trabajando, ellos ven cómo suben la nave a una enorme grúa. Ellos aprovechan un descuido de los militares para entrar al ovni, y se dieron cuenta de que muchos elementos habían sido removidos pero había un panel intacto unido a la pared curva del ovni, con un dispositivo que giraba, que fue el que arrancaron y se llevaron. Cuando sacan la pieza del ovni, José y Reme llaman a la pieza “tesoro”.
La pieza que extrayeron del ovni, primero la guarda José la guarda, pero posteriormente se la entrega a Reme para que la esconda, porque los militares están haciendo registros a su padre para ver si se habían robado algo del objeto. Reme la esconde “bajo las tablas del almacén que hay al cruzar la calle”. Un pastor amigo del padre de Reme llegó hasta el pueblo, con sus ovejas, y en la segunda noche se traslada al almacén a dormir. Una mañana, el pastor llega hasta la casa de Reme y le dice a su padre que va a tener que irse de este lugar porque vio una luz fuera, cerca del pozo, se asomó por la ventana y, “de la nada, vi a estas tres criaturas en el cuarto y la puerta estaba cerrada y ellos señalan hacia el piso y están diciendo la palabra ‘tesoro’. Les iba a disparar con el rifle, pero desaparecieron a través de la pared”. La familia de Reme investigó, levantó la madera y buscó, pero no encontraron la pieza. Después de eso, Reme se la entrega otra vez a José. Él la guarda bajo su casa, en unas cajas, y ahí permanece hasta 1963, época en la que José ya se había trasladado a vivir a California. Regresó a su casa en San Antonio aquel año y se llevó varias cosas, entre ellas la caja donde estaba la pieza. Cuando retoma el contacto con Reme (se encuentran a través de internet) vuelven a hablar de lo que vieron y José busca la pieza y se la envía por Fedex a Reme, para que puedan hacerse análisis.
La pieza fue analizada en México el 24 de octubre de 2017 en el Centro Educacional Analítico, donde el ingeniero químico Bernabé Hernández Santos encontró preponderancia de aluminio (757 mg por gramo) seguido de un elemento “ilegible” de 34,6 mg, zinc (27,0), hierro (6.5) y otro desconocido 158.5 mg. A Jacques Vallée este análisis no le parecía suficiente. Quería indagar más. Paola y Jacques denominaron a la pieza SOPORTE SILUMIN. Como aseguran en el libro “Trinity, el secreto mejor guardado”, “hemos recibido 3 análisis de los pedazos de metal asociados a la nave. En su libro de 2005 Magic Eyes Only, Ryan Wood habla del caso San Antonio. Y ahí menciona haber ‘examinado un pedazo de escombro de la nave retirado de la zona del impacto por Reme y José’”. Reme les dijo a Paola y a Jacques que había entregado la pieza a varias organizaciones científicas para estudios más profundos: “además de los exámenes locales llevados a cabo en Washington State, comenzamos a trabajar con el Dr. Smith, del departamento de metalurgia de una institución internacional, donde tres microscopios electrónicos fueron utilizados para revisar el metal y analizar sus componentes elementales. La primera cosa que encontraron es que el metal parece ser esencialmente silicato de aluminio”, en palabras de Reme. Comentan en el libro Jacques y Paola que también les dijeron que el doctor Smith “aparentemente encontró un elevado porcentaje inusual de carbón en la muestra. Reme Baca aporta haber cortado algunos pedazos y pulirlos para tener una mejor apreciación, lo que llevó a descubrir lo que él llama ‘unas estructuras raras’”. “nosotros tenemos buenas imágenes de estructuras muy extrañas en los metales. También hay hebras cortas de algún otro material que creemos pudiera ser fibra de carbón. Este tipo de vellosidad del metal generó muchas preguntas entre los académicos y los operadores de los microscopios”, añade el testigo, explicando también que “una mezcla de carbón y trazas de otros materiales es utilizada, la cual aumenta drásticamente el poder de conducción, eliminando la resistencia a la electricidad, mientras que al mismo tiempo, ocurre una transferencia de calor. Esto parece ser potencial para el blindaje térmico o la fabricación de chips de computadora”. Dicen Paola Harris y Jacques Vallé que “ya que no estamos seguros de quién hizo los análisis ni dónde, estos descubrimientos quedan simplemente como datos intrigantes”. Reme murió en 2013 y ya no se pudo seguir verificando la información.
Otro análisis llega por parte del investigador Timothy Good, quien estudia el llamado tesoro para su libro “Need to Know”. Asegura el experto: “definitivamente parece terrestre, un punto aceptado por los testigos. Parecido a un soporte de cualquier tipo, mide 12 pulgadas de largo, pesa 15 onzas y tiene una cantidad de orificios para tornillos de algún tipo. Una sección cortada para ser analizada, junto a pruebas de ácido, revela que el metal era aluminio serie 200 o similar. Una pieza más pequeña, semicircular, que los testigos decían que venía de la nave, fue encontrada años más tarde en la entrada del rancho. Las pruebas indican series 330/380 de aluminio o similar”.
En el libro se cita un tercer estudio, una investigación australiana muy extensa hecha en 2016 que “también encontró que la muestra de metal no era radioactiva y que tenía dos componenentes principales, confirmando las afirmaciones de Reme. El señor James Rigney y sus colegas afirmaron que contenía aluminio y silicio. Ambos están en forma hipereutéctica, en aleaciones serie 4000, también conocido como Silumin, comúnmente usado en industria, autos, área militar y aeronáutica. Ellos concluyeron que ‘el análisis muestra que la muestra es terrestre’. Su análisis confirmó que el objeto estaba compuesto de 98,06 por ciento aluminio, 10,45 por ciento silicio, 1,97 por ciento cobre; 0,53 por ciento magnesio, típico de una aleación de aluminio AA383,0”.
En palabras de Paola Harris y Jacques Vallée, “el silicio es comunmente agregado al aluminio para disminuir el punto de fusión del metal, sin hacerlo quebradizo. El reporte agrega que la muestra probablemente había sido moldeada en arena. Esto quiere decir que pudo haber sido hecha en el lugar por un grupo técnico del Ejército para sus necesidades, lo que explicaría por qué no tenía marca de fábrica o marcas industriales normales”. Otro estudio encontró una composición de 87,09 por ciento de aluminio, pero solo 2,70 por ciento de silicio, 1,83 por ciento de cobre, pero también carbón en 2,03 por ciento, hierro 0,94 por ciento, zinc en un 1,66 por ciento, calcio en un 1,19 por ciento y manganeso en un 0,54 por ciento. No se encontró magnesio en los hallazgos de laboratorio. Sin embargo, otra pieza que nosotros teníamos en custodia, fue cortada del soporte por el seños Syd Goldberg y un artesano, a petición de Paola Harris. Ellos establecieron que era demasiado suave para ser aluminio y que no olía como aluminio al ser cortado”.
Como conclusión, Jacques Vallé asegura que “los diversos análisis concluyen que el material es aleación común de aluminio silicio, estándar y sin complejidades, altamente usadas en la industria”. Sin embargo, en palabras de Vallée “decir que el suvenir es un objeto humano ordinario no responde nuestras preguntas básicas. Ninguno de los análisis que hemos revisado cubre finalmente con una cortina lo que Paola y yo hemos venido en llamar el misterio del soporte de Silumin. Este completo instrumento puede parecer estándar, pero nunca ‘nada destacable’. Todavía tenemos que preguntar qué hacía un fragmento ordinario de un artefacto de pobre tecnología con aluminio a bordo de una nave fantástica que cayó del cielo, en medio de una tormenta, en el área de alcance de misiles de White Sands, mientras su tripulación insectoide se deslizaba erráticamente, dentro de la cabina”.
Vallée también afirma con respecto al accidente ovni de San Antonio: “Si usted fuera suficientemente inteligente como para llegar hasta aquí desde Alfa Centauri, ¿por qué se accidentaría en la granja de una persona? Yo todavía no tengo una buena respuesta para eso. ¿Pero qué pasaría si usted no viniera de Alfa Centauri después de todo? ¿Y si su nave fue diseñada para accidentarse? ¿Y si era un regalo? ¿O una señal? ¿O una advertencia? ¿El comienzo esperanzador de una conversación estratégica? ¿Y si no era una nave en el sentido actual y primitivo de la palabra? ¿Y si a usted no le importara que los ocupantes murieran? Nadie ha considerado seriamente estas alternativas”.
En definitiva, concluye Vallée, “cuando estalló la primera bomba atómica alguien estaba observando. Desde ese lado de la realidad, vinieron formas materiales que nosotros podemos percibir, decodificar y parcialmente comprender, aunque el fenómeno superaba la tecnología humana de la época y sigue siendo un enigma hoy día (…) ¿Quiénes son estos emisarios de otras partes? En cuanto nos apartemos de las engañosas mitologías que se han acumulado alrededor del problema, nos quedará clara la evidencia de una inteligencia desconocida”.
Recordamos que esta polémica se ha iniciado porque en el marco del congreso Global UFO Meeting que se celebró los días 1 y 2 de julio en la Ciudad de México, la reconocida investigadora Paola Harris entregó al periodista Yohanan Díaz Vargas una pieza perteneciente al estrellamiento ovni de San Antonio, que tuvo lugar en 1945 en Texas, Estados Unidos. La que José y Reme denominaron “tesoro”. Paola Harris, en presencia del también investigador Dino de Labra, pidió a Yohanan Díaz Vargas que custodiara esta pieza, que a su vez le fue entregada a ella por los principales testigos de este ovni estrellado. La investigadora les manifestó tanto a Yohanan Díaz Vargas como a Dino de Labra su deseo de separarse de dicha pieza porque había personas que habrían muerto ya sea estudiando o custodiando este material. Así, durante su primera noche en la Ciudad de México, le pidió a Yohanan Díaz Vargas que guardara la pieza para que, al día siguiente, si Jaime Maussan lo deseaba, se hiciera cargo de la misma con el objetivo de estudiarla, analizarla y publicar los resultados. Cabe destacar que diversas personas que han tenido la pieza en sus manos, manifiestan reacciones físicas como dolor de cabeza, escalofríos o temblores. Ella manifestó que su última conferencia sobre el asunto sería la que pronunció en el Global UFO Meeting de Ciudad de México y que deseaba que la pieza fuera custodiada en la república mexicana. Harris, con la entrega de esta pieza (de manera completamente altruista), desea cerrar su etapa de investigación de este caso, manifestando que el ser humano no ha aprendido nada desde que se produjera este estrellamiento, justo en el momento histórico en el que Estados Unidos lanzaba las primeras bombas nucleares y a muy pocos kilómetros de donde se produjo el lanzamiento de la primera de ellas. Esto no es casualidad, según Harris y Vallée, y quizá la aparición de aquella nave pretendía llevar al ser humano un mensaje de alerta sobre lo nuclear. Ahora, vivimos otro momento de tensión social por la guerra silenciosa entre Estados Unidos y Rusia, con la amenaza nuclear nuevamente sobre la mesa. En el marco del Global UFO Meeting, Paola Harris y Yohanan Díaz Vargas, le facilitaron la enigmática pieza al reconocido periodista Jaime Maussan, a fin de que puedan realizarse los estudios necesarios para determinar el origen de la misma. Aunque la primera noche de su estancia en México, Yohanan Díaz Vargas resguardó la pieza, en estos momentos está siendo custodiada por Jaime Maussan.

1 COMENTARIO

  1. He tenido muchas experiencias una de las más fabulosas , fue en Capilla del Monte una nave de unos 50 metro de diámetro paso a muy baja altura sobre nuestras cabezas muy despacio ,estábamos dentro del automóvil.una hora después se perdió detrás del serró, esto no termino en ese momento , voy con quién era mi pareja entrando a la gruta de la virgen de la medalla religiosa y se nos materializó una esfera de unos dos metros y dentro había un mujer , nos dejó muy emocionados

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