Lourdes Gómez / Parece ser que cierto sector del Pentágono no está de acuerdo con las revelaciones que se hicieron hace unos días en el Congreso de los Estados Unidos sobre el fenómeno ovni, o más bien sobre UAP (Fenómenos Aéreos No Identificados). A pesar de que el mundo entero está hablando sobre los testimonios de testigos de alta cualificación que en el Capitolio expusieron sus encuentros con objetos desconocidos cuando iban al mando de aeronaves militares, e incluso de la existencia de naves y restos no humanos recuperados por los Estados Unidos. En ese ambiente supuestamente aperturista, ahora empiezan a manifestarse aquellos que, sin dar la cara, quieren desacreditar a David Grusch, exagente de Inteligencia que ha asegurado que su país tiene tanto ovnis como restos biológicos no humanos.
El periódico The Intercept ha tenido acceso a documentos -que aseguran que son públicos y al alcance de cualquiera- que son muy convenientes y oportunos para aquellos que desean seguir ocultando la verdad sobre el fenómeno ovni. Un primer informe data del 1 de octubre de 2018 y se trata del supuesto paso temporal de David Grusch por un centro de salud mental y otro de 2014 donde se estaría aludiendo a estrés postraumático debido a su paso laboral por escenarios como Afganistán. Episodios que nada tienen que ver con el contenido de las declaraciones sobre ovnis del exagente de Inteligencia.
Además, es conveniente recordar que cuando salieron a la luz las declaraciones sobre ovnis recuperados por Estados Unidos, diversos medios estadounidenses estuvieron investigando su pasado, analizando los informes de rendimiento de los servicios de Inteligencia así como
entrevistando a antiguos compañeros y jefes, y todos coincidían en señalar que David Grusch tiene una “moral irreprochable”. Sin embargo, su contrato con la Inteligencia de Estados Unidos finalizó de forma abrupta hace pocos meses, debido, supuestamente, a que Grusch estaba divulgando información clasificada sobre ovnis en el Congreso de Estados Unidos.
Lo que buscan noticias como la publicada por The Intercept es desacreditar el testimonio de David Grusch sin ni siquiera investigar sus declaraciones. Estamos de acuerdo en señalar que de momento solo es un testimonio, y que a partir de su testimonio necesitamos más, es decir, nombres de los testigos de los que habla y lugares donde estarían esos restos para que podamos encontrar evidencias de lo que dice. Pero estas personas que publican este tipo de informes médicos -y lo que es peor, los ufólogos que ya están usando estos informes médicos para decir que David Grusch ha mentido en el Capitolio- no quieren que se investiguen las declaraciones del exagente ni que tiremos del hilo. Ellos quieren dar carpetazo al asunto sin investigar, favoreciendo con ello la guerra sucia que el Pentágono siempre ha llevado a cabo contra aquellos que hablan de esta clase de conspiraciones.
El modus operandi siempre es el mismo: buscar pruebas -o inventarlas si es necesario- de que están locos y de que no merece la pena investigar lo que dicen. Ha ocurrido antes con otros como Allan Davis. Lo hemos visto en muchas ocasiones. Yo no digo que David Grusch diga la verdad. Digo que hay que tirar del hilo que suponen las declaraciones de David Grusch, para ver si es cierto lo que dice. Y lo que digo también es que un informe médico no tiene por qué significar la prueba de que esta persona miente. Digo que un informe médico no es suficiente motivo para dejar de investigar un testimonio que podría quizá ser la llave a la verdad que oculta el Pentágono sobre estas temáticas.