Ha fallecido el veterano ufólogo español Joaquín Mateos Nogales. Desde Insólita Experiencia enviamos nuestras condolencias a todos sus amigos y familiares. Descanse en paz. Os mostramos la entrevista que Lourdes Gómez le realizó en su día
Lourdes Gómez – Facebook Insólita Experiencia (pulsa aquí para acceder) – Me causa muchísima tristeza dar a conocer el fallecimiento de mi querido Joaquín Mateos Nogales, uno de los ufólogos más veteranos de España, que consagró su vida al estudio de los no identificados, especialmente en la zona de Sevilla, al sur de España. Como homenaje a mi querido Joaquín, que en paz descanse y haya encontrado respuestas a tantas grandes preguntas, comparto la entrevista que le realicé hace unos años para la revista Más Allá, donde se descubre la grandeza de este investigador irrepetible. Gracias por tanto querido amigo, te vamos a extrañar muchísimo. Buen viaje a las estrellas.
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Reunión en casa de Joaquín Mateos en 2017. Fotografía: José Luis Hermida.
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Entrevista a Joaquín Mateos Nogales (2011)
Más de medio siglo lleva este ufólogo sevillano persiguiendo a los No Identificados. Con infinidad de informes de avistamientos, aterrizajes e incluso contactos se convirtió en el principal cronista de toda la fenomenología de uno de los puntos más calientes de la ufología española: el triángulo formado por las localidades sevillanas de Genera, Olivares y Aznalcóllar. Hoy, sigue en activo. Y es que su pasión por los ovnis es una vocación de la que nunca dejará de esperar respuestas.
El largo verano enraizado en un otoño que tarda en aparecer hace que el municipio sevillano de Gerena nos reciba con una calurosa brisa. En el centro del pueblo, junto a una típica plaza que asiste impasible al paso del tiempo y de las generaciones, se encuentra la casa de Joaquín Mateos Nogales.
De profesión: técnico de televisión. De vocación: ufólogo. Ambos detalles se advierten nada más cruzar la puerta de su “cuartel general”, donde un paisaje de mesas de trabajo, destornilladores, piezas de televisores y radios antiguas se mezcla con artilugios telescópicos, revistas de misterios e infinidad de carpetas azules que contienen informes y fotografías de toda una vida. Una vida dedicada al estudio de los No Identificados.
“Me interesé por primera vez en este fenómeno a partir de 1954, momento en el que se dio una famosa oleada en América. Había una alarma general, porque en la televisión ponían documentales sobre ‘los invasores’. Se hablaba de que los ovnis habían invadido las ciudades. Y francamente, me enamoré del tema y tuve mucho interés en seguir investigando”, explica Joaquín.
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Despacho de Joaquín Mateos Nogales, fotografía Lourdes Gómez
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Lo dice con seguridad. Como si desde aquel deseo no hubiese pasado medio siglo. Como si sus más de ochenta años no fuesen impedimento alguno para proseguir con esa búsqueda. Y es que no sólo recuerda aquel interés. También el primer caso que investigó.
“Fue en Guillena, en la provincia de Sevilla. Yo entonces ejercía de técnico de televisión. Iba hasta el pueblo a arreglar los televisores y allí me enteré de que una señora se encontraba barriendo la puerta de un bar a las tres de la madrugada y vio una nave triangular en el cielo. Era inmensa y de colores azulados”, en palabras de Joaquín.
Aquel fue sólo el primer caso investigado de muchos. Sucesos que le han llevado a patearse la geografía sevillana en busca de lo desconocido. Lugares como fincas, pantanos, minas e incluso cementerios.
Joaquín comenta: “En Gerena se iluminó totalmente el cementerio una noche. Un señor de Jaén que trabajaba aquí me contó que estaba en su azotea, a unos seiscientos metros del camposanto y vio que se iluminó de forma tremenda. Una iluminación que no era normal porque ni había casas ni nada cerca que pudiese emitir esa luz”.
Aunque si existe un lugar de su pueblo que haya sido testigo directo de lo insólito ese es sin duda el terreno donde se ubica la finca El Esparragal.
“En la finca El Esparragal ocurrieron dos sucesos. Uno fue el caso de la siembra de algodón, donde los testigos se encontraban regando una noche y se presentó una nave que hizo que tuvieran que tirarse al suelo. Aquello fue tremendo. Uno de los testigos todavía vive. Ellos decían que la nave era circular, luminosa y que se situó encima de ellos. Y otro caso importante fue el ocurrido en el pantano de dicha finca, donde dos individuos vieron una nube negra encima del mismo. Observaron que el agua subía para arriba. Aquello estaba absorbiendo agua. Un caso realmente interesante”, asegura el ufólogo.
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Lourdes Gómez y Joaquín Mateos Nogales en 2011. Fotografía: Moisés Garrido.
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Gerena ha sido un punto caliente ufológicamente hablando. Y no solo el pueblo del que desciende Joaquín Mateos, sino también otros colindantes como Olivares o Aznalcóllar. En la zona se han producido casos espectaculares como el de la finca La Pizana.
“Tres cazadores vieron una tinaja invertida flotando a un metro del suelo, y en medio de un bosque eucaliptos cercano había un círculo vacío, de unos treinta metros. La nave aterrizó allí. Y había una especie de ser que empezó a tocar las ramas de los eucaliptos. Hecho que hizo que el investigador José Luis Hermida teorizara con respecto a la importancia que le dan a esta planta”, asevera el experto.
Por casos como este, o como el de José Chávez, que vio un ovni perseguido por dos reactores entre Aznalcóllar y Gerena, los ufólogos del llamado “Grupo de Gerena” terminaron por llamar a la zona rica en avistamientos “triángulo magnético”.
“Gerena ocupa parte de Sierra Morena y de la vega de Sevilla. Aquí hay muchos restos arqueológicos, minas, cultivo, ganado, cosas que parece que les interesan. Anoche estuvimos haciendo una película para la televisión local de los dos seres que vio aquí uno de El Garrobo debajo de una farola. Medían tres metros y tenían trajes luminosos. El hombre salió corriendo. Aquí han pasado muchas cosas. Entre Gerena, Olivares y Aznalcóllar se han avistado muchísimas naves. De ahí lo de ‘triángulo magnético’. Lo de magnético lo pusimos por hacer referencia a la tecnología que posiblemente usan y también porque por la zona abundan las minas, los objetos arqueológicos, etc. Concretamente en las minas hubo una época en la que los ingenieros decían que era raro el día que no había algún objeto por allí”, comenta Joaquín.
De muchos de esos avistamientos Joaquín Mateos no fue solo cronista. También testigo. No le importa reconocer, en sus palabras, que “ha vivido el fenómeno en sus propias carnes”.
“Viví la famosa nave nodriza que hace décadas pasó por aquí y empezaron a salir platillos volantes. Otra vez en la Torremocha vi un ovni, estaba solo, me dio miedo y me fui. Y recientemente viví un caso tremendo. Fue en febrero de 2008. Estaba con un amigo investigando en esta zona, de noche, y me dijo el compañero que si debajo de donde estábamos había casas. Yo le dije que no. Que solo estaba el río. Y me dijo que veía unas luces. De inmediato cogí una linterna, apunté hacia donde me indicaba y vimos una especie de luces formando un círculo elíptico. Las luces parecían como velas encendidas, pero fijas. Hice señales con la linterna, y de momento empezó a bajar un aparato y en cuestión de segundos desapareció todo. Se esfumó, de repente, como el humo. Desaparecieron. Pienso que pasaron a otra dimensión”, asegura Joaquín Mateos Nogales.
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Joaquín Mateos mostrando material de investigación. Fotografía Lourdes Gómez.
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Sabiendo que ha podido encontrarse con lo imposible en más de una ocasión alguien podría pensar que quizá el “triángulo magnético” lo fue a causa de la presencia de investigadores en la zona. Y de hecho esa es una teoría que la ufología andaluza ha debatido en más de una ocasión. El veterano y sabio Ignacio Darnaude la denominó la “Teoría del imán que ejerce el investigador”.
“Hay casos que aparecen relacionados con investigadores. Por ejemplo, el caso de la Cañada de Los Garabatos ocurrió en una finca de Ignacio Darnaude. Aterrizó un objeto. Yo investigué el caso y la tierra del lugar tenía color cobre. Quien vio la nave fue el tractorista Manuel Morato, el 30 de enero de 1982. Vio un objeto con forma de cigarro puro, fluorescente, de unos treinta metros, y poseía niebla a su alrededor. Cuando fue a llamar al encargado el objeto había desaparecido. No sé si todo tiene una relación. No sé si ellos nos están observando y vieron que nosotros tenemos interés en el tema y les interesa que haya informadores. Esto es decir demasiado. Pero lo cierto es que nosotros hemos tenido testigos de muchos casos”.
Muchos casos. Episodios que supusieron la elaboración de infinidad de informes. Con pasión y diligencia. Hojas volanderas cargadas de notas y datos de avistamientos, aterrizajes e incluso encuentros con humanoides. El “Grupo de Genera”, una reunión de ufólogos como el pionero en Andalucía: Manuel Osuna, junto con Manuel Filpo o Antonio Moya Cerpa, acompañaron a Joaquín Mateos en su particular senda hacia las fronteras de lo inexplicable. Crónicas impolutas con todo lujo de detalles e infografías que trataban de situar al lector en la piel del acongojado testigo. Y es que como dice el propio Mateos: “hemos hecho muchos informes. Pero porque hemos tenido una pasión muy grande por el tema”.
Esa pasión hace que siga teniendo interés en perseguir este misterio. Sigue en activo. Y lo dice orgulloso y como si fuera una obviedad tener que confirmarlo. Explica cómo sigue yendo por las noches a la Torremocha, lugar cercano a su pueblo en el que se han producido gran cantidad de avistamientos, y dice que es raro el día que no observan alguna luz extraña. “Y me sigo emocionando”, añade. A estas alturas, el avistamiento de luces anómalas le sabe a poco, por lo que quiere intentar contactar con esos objetos. “Estoy intentando tener un láser potente, para hacer un aparato que tengo en mente a ver si puedo contactar con ellos”, explica. Y es que para él la ufología sigue viva.
“La ufología no ha muerto. Lo que pasa es que se ha quemado el personal. Los investigadores. Porque no se puede conseguir nada. Vemos unas luces que se mueven, pero a partir de ahí no podemos hacer nada. Y también hay que decir que muchos de los investigadores han fallecido”.
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Joaquín Mateos en 2011. Fotografía Lourdes Gómez.
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Aunque a priori considere inaprensible el fenómeno, lo cierto es que después de estudiarlo y de recopilar tanta información tiene sus propias conclusiones, que por su forma de hablar y presentar los casos parecen apuntar hacia una hipótesis extraterrestre. Pero Joaquín Mateos no excluye ninguna posibilidad:
“Hay muchas hipótesis, no sólo la extraterrestre. También podemos hablar de otras dimensiones, de otros espacios y tiempos, de potencias terrestres como el nazismo, por ejemplo, que llegó a hacer platillos volantes. Aunque lo que sí está claro es que el fenómeno es una realidad. Pero una realidad de la que no sabemos nada. Manuel Filpo y yo hemos llegado a la conclusión de que se trata de un fenómeno real, pero que no da la cara. Llevamos cincuenta años investigando y la verdad no la hemos encontrado. Aunque pienso que están aquí, que nos están observando. Porque aquí en España no, pero en México, Brasil, Chile o Argentina está habiendo una oleada tremenda. Por qué está de capa caída el fenómeno en España no lo sabemos. Pareciera como si hubieran estado investigando y ahora no les interesáramos. Como si el interés lo tuvieran allí ahora. Es un misterio”.
Sus ojos. Se puede bucear en sus ojos cuando habla de su objeto de estudio. “El enamorado de los ovnis” se le ha llamado en alguna ocasión. Y por fin la gran pregunta. Después de tantos años, de tantas vivencias y de tanto tiempo invertido en estudiar un fenómeno que se escapa de las manos y que supera al investigador; después de recorrer el sendero que se marcó en el lejano 1954 y de intentar desentrañar un enigma que persigue al hombre quizás desde tiempos inmemoriales; después de consagrar su vida a una actividad poco reconocida y que muchas veces no sabe recompensar el esfuerzo; Después, después de todo: ¿Si volviera a nacer le gustaría volver a ser ufólogo?
“Si. Y bueno, yo ya he dicho que me voy con ellos. Si aparecieran y me invitaran yo me iba con ellos. Ya se lo he dicho a mi familia. Soy un estudioso del comportamiento humano en la Tierra y lo que estoy viendo es que estamos poniendo al planeta en situación grave. No tengo esperanzas en cuanto a que podamos estar en este planeta en paz. Yo creo, y me gustaría creer, aunque esto sea hablar de ciencia ficción, que si esta gente apareciera y fueran una civilización transformada, que nos quitaran las enfermedades y que nos hicieran una reconversión celular a los que tenemos ochenta años, francamente yo me iba con ellos. Te lo digo de verdad. Aunque sea una locura”.
En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón. Nietzsche.
Excelente artículo, sigue escribiendo pues como nos decía nuestro querido profesor de Letras Don Alberto Malagón”a escribir se aprende escribiendo” . Joven dama usted nació con ese don. Bendiciones