Cuando hablamos de fenómenos anómalos, siempre se le suele dar importancia al objeto volador no identificado que se observa o al ser extraterrestre con el que alguien dice haber mantenido comunicación. Sin embargo, poca gente suele reparar en la importancia del testigo. Los investigadores, en la mayoría de ocasiones, no podemos llegar a tiempo para observar el ovni en tiempo real o tener una conversación con entidades ajenas a nuestro mundo, por eso, en realidad; lo que hacemos es coleccionar relatos de testigos, y por eso es importantísimo no solo que se trate de testigos confiables, sinceros, si no de personas que mantengan su testimonio a lo largo del tiempo, que no incurran en contradicciones, que no modifiquen su relato dando lugar a dudas sobre la veracidad del mismo.

Uno de los testigos más importantes que he encontrado en mi carrera es el comandante de la Fuerza Aérea del Perú, Óscar Santa María Huerta. No solo porque sea piloto militar, si no porque he aplicado con él, en varias ocasiones, la llamada “técnica del refrigerador” del pionero Juan José Benítez, que consiste en entrevistar a un testigo, dejar dormir el caso en el refrigerador, volverle a entrevistar pasado un tiempo, con las mismas preguntas, y ver si incurre en contradicciones o añade y quita cosas al encuentro. Cada vez que he hablado con Óscar de su encuentro ovni, siempre me ha dicho exactamente lo mismo, sin adornar su caso, solo transmitiendo a todo el mundo, de manera valiente, su verdad.

Su vida cambió el 11 de abril de 1980 a las 7:15 de la mañana, cuando le ordenaron tomar su avión de guerra, Sukhoi SU-22, lo más avanzado a nivel tecnológico en esos momentos y de manufactura soviética, con el objetivo de derribar un ovni. Él se encontraba en la Base Aérea Militar de La Joya, en Arequipa, al sur de Perú, y el objeto que habían detectado era “completamente esférico y en la parte superior era como una porcelana de color crema, con una base redonda y ancha de color gris metálico, como un cenicero“, en palabras del comandante. Era un objeto volador no identificado que “se desplazaba a gran velocidad y presentaba un tamaño de unos 10 metros de diámetro, por lo que se convirtió en un objeto fácil de derribar“, asegura el militar.

El objeto se avistó sobre la Base Aérea de la Joya y las órdenes de derribarlo surgieron debido a que las autoridades militares del país no querían que este objeto realizara labores de inteligencia. Desde su avión, Óscar Santa María lanzó 64 obuses contra ese objeto volador anómalo, creando una impresionante pared de fuego. La sorpresa fue que ese extraño objeto volador se mantuvo completamente ileso, desafiando toda lógica y resistiendo los devastadores efectos de las armas.
¡Increíble pero real! La persecución ovni duró unos 25 minutos, y durante ese tiempo, el comandante Santa María experimentó una sensación inquietante: el objeto parecía anticiparse a sus movimientos y burlar todos sus intentos de alcanzarlo. ¿Cómo era posible? Este enigma desafía todo lo que conocemos sobre aeronaves. El avistamiento fue presenciado por más de mil 500 personas que se encontraban en formación en la base militar, convirtiéndose en uno de los incidentes ufológicos más intrigantes clasificados por la Fuerza Aérea del Perú.

Ahora, por primera vez, Óscar Santa María Huertas presentará su fascinante experiencia en México. No te pierdas su participación en el Congreso Ovni Internacional, Global UFO Meeting, los días sábado 1 y domingo 2 de julio en la Unidad de Congresos del Centro Médico Siglo XXI. ¡Prepárate para adentrarte en un mundo de misterios y revelaciones asombrosas!
Más información: 55 7323 3667 y www.congresosovnilatam.com