Aunque mucha gente está emocionada porque, por fin, la agencia espacial estadounidense
ha decidido hablar de ovnis, muchos ufólogos se toman esta acción como una
maniobra con la que poder mostrarse transparentes de cara al público y obtener mayor presupuesto por parte del estado. No olvidemos que la NASA siempre se han apresurado a negar, e incluso a ocultar, cualquier información de ovnis que surgiera por parte de astronautas en el contexto de sus misiones espaciales.
Es el caso, por ejemplo, de los ovnis de la misión Gémini X, que tuvo lugar en el año 1966. El 18 de julio de aquel año, los astronautas Michael Collins y John Young fueron sorprendidos por dos ovnis que estaban realizando extrañas maniobras en las cercanías de su cápsula espacial. A través del Centro de Control de Houston, Collins -quien más tarde participó en el histórico alunizaje- comunicó a los compañeros en tierra lo siguiente: ¡Tenemos a la vista dos objetos brillantes! ¡Están aquí arriba y se desplazan en nuestra órbita! ¡No son estrellas! ¡Van a la par nuestro y no son rojos! Algo parecido sucedió en la misión Apolo XI, la que puso al ser humano en la Luna. El astronauta Edwin Aldrin filmó dos globos luminosos, de color blanco y azul, que parecían estar siguiendo la cápsula lunar. La NASA afirmó no tener constancia de esa información, a pesar de que en el año 1993 el astronauta ratificó que había visto y grabado aquellas enigmáticas luminarias.
Tenemos el caso de Alan Davis, cuya historia pude conocer en España de la mano del investigador José Luis Hermida. Davis, quien trabajó como ingeniero para esta agencia espacial, aseguraba haber estado presente en las instalaciones de la NASA durante la llegada del hombre a la Luna y afirmaba que había podido ver ruinas de edificios en la superficie lunar. Sostuvo durante toda su vida que la agencia había ocultado estas imágenes a los ojos de la opinión público, y debido a su testimonio, NASA intentó desvincular a Davis de sus actividades e incluso trataron de borrar cualquier registro de su trabajo en el seno de la agencia.
Con estos antecedentes, ¿Qué podemos pensar sobre el estudio de la NASA? No podemos tener la certeza de que, en esta ocasión, vayan a compartir toda la verdad de sus investigaciones sobre ovnis.
